El día que yo muera quiero que me entierren donde entierran a los hombres de ésta tierra. Si mi cuerpo inerte no encontrase ya lugar, quiero que mis cenizas, vayan todas al mar.
En el verano a solas, tu cuerpo sobre el mar, con el beso de las olas me tendrá que recordar y con la brisa crepuscular mis cenizas navegando al azar, sobre tu cuerpo se han de impregnar, para volverte a acariciar.
Mis cenizas, son recuerdos de un amor que en una hoguera se quemó. Como queman! mis cenizas y en el banco de la arena aún mis pasos estarán.
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