Saturday, June 10, 2006

Qawwali Flamenco - νέο cd


Contenidos:

CD 1:
allah hu / No llegaste a quererme - Sal al guisao - La tarara/ Presumes que eres la esencia/ Rawance bainan painda/ No pases por mi calle/ Tere ishq ne nacaia - Con esa morena

CD 2:
Ya mustafa/ No me hagas tantos planes/ Tango al mar/ Dam mast qalandar/ De querer a no querer

DVD:
55 minutos.
Concierto en el Festival de Fez (Junio 2005)

Año de edición: 2006


QAWWALI JONDO

El salto del abismo

Alex D'Averc. Barcelona, septiembre de 2003

En la pasada edición del Festival Grec 2003 de Barcelona el flamenco corrió una de sus más osadas aventuras: el maridaje con la música qawwali. El recelo que pudiera sentir el aficionado ante tal experimento tendría que haberse disuelto al observar la exquisita cautela con que se llevó a término. Si los amantes de la música tradicional siempre temen, muy razonablemente, que las mescolanzas con otras músicas puedan desnaturalizar su expresión, sesiones como la de 'Qawwali Jondo' -en la que participan Duquende, Miguel Poveda y Chicuelo- valen para demostrar que pueden también servir para lo opuesto. Medirse con tradiciones tan ricas como la sufí y conversar con ellas tan exitosamente sólo puede asentar el aprecio por lo propio y exaltar la búsqueda de lo mejor de ello, esto es, fortalecer las raíces. Del valor y el sentido de esa apuesta y de su ejecución procuramos ocuparnos en este artículo.

Es uno de los últimos latidos de los pueblos y también uno de los más refinados tesoros que ellos nos han legado. Las músicas de raíz no son sólo preciosas por su rareza, sino también porque contienen informaciones insustituibles acerca de nuestros antepasados, de sus modos de relación y conocimiento, de sus esplendores, terrores y arcanos. También las formas de transmisión de ese acervo se nos alejan: la iniciación, la oralidad, el ritualismo, la absoluta implicación con lo creado.

Si a lo largo de la historia la elaboración de la cultura popular ha recaído en el misma gente que después la debía recibir, interpretar y transmitir, el siglo XX vio aparecer las industrias culturales, en las que, a menudo, gestores anónimos y desarraigados imponían patrones ajenos a los receptores; asépticos, intercambiables y a la larga, desgraciadamente dominantes. Por ese motivo, las músicas de raíz que han llegado vivas al siglo XXI se nos presentan como un fósil maravillosamente sustraído a las mutaciones del mundo, con su sentido original comprometido por el cambio de hábitos y maneras de pensar, pero con su rumor trascendente, su sonido a verdad, su capacidad para transformar la experiencia, arrastrar el ánimo, hechizar y estremecer, casi intacta. Las suyas son estructuras sonoras de difícil encaje en las radiofórmulas, planteamientos estéticos y morales poco compatibles con el modelo estelar anglosajón, letras que con frecuencia rehuyen las afectaciones al uso y no eluden los recodos más sombríos, de nuestros "veinticinco calabozos de la cárcel de Utrera" a la "tuberculosis que nos traerá la muerte" de los rembetis de Salónica.

Así, a pesar de las diferencias de función y contenido, de instrumentos y espacios, las denominadas con bien poca facundia "músicas del mundo" comparten una naturaleza semejante que las llama a la mutua simpatía y a la resistencia conjunta. Y ha sido en los últimos años, cuando las músicas tradicionales se han dado a conocer fuera de sus reductos primitivos, sus intérpretes han viajado y se han acercado a otros ritmos y artífices, el momento en que se ha empezado a sentir esa lógica complicidad.

Pero los custodios de tan delicada tradición han sentido también en esto el peso de su responsabilidad. Si han comenzado a cruzar mensajes con músicos de otros ámbitos, a aventurar puntos de enlace, a releer la propia herencia en otras claves, no ha sido ni con el beneplácito ni con el consentimiento de todos los aficionados. La larga polémica de si el cante debe seguir siendo un arte de iniciados, casi secretamente transmitido y cantado según códigos invariables o si debe abrirse al mundo para no agotarse, aún a riesgo de que se disuelvan sus esencias primordiales, no nos es exclusiva, aunque algunas veces sí sea modelo de encono.

Pero con todo, muchos flamencos ya han transitado esa senda. El jazz, como referencia de música de raíz que ha trascendido ese estado para volverse universal, ha sido un filón recurrente. También el blues, o las músicas cubanas, con las que existía una larga historia de intercambios que la última década ha revivificado y asentado. Otros acercamientos quedan por ensayar, como tanteos con la sevdah bosnia o la rembetika griega, pese a los paralelismos que entre ambas y el flamenco se podrían hallar. En cambio, la música árabe, en alguna de sus múltiples modalidades, sí ha recibido la visita de emisarios del cante, aunque haya sido de forma algo esporádica. No obstante, una de esas conjunciones ha sido reveladora de una magnifica intuición, la de haber presentido que el flamenco podía encontrarse con el qawwali y alumbrar un 'Qawwali jondo'.

Tirar monedas. Partirse la camisa

Antes había que abstraerse de las diferencias. Por ejemplo, el qawwali es una música muy vinculada a su antigua función religiosa. Las enseñanzas de los sufis, una rama heterodoxa del Islam, la contemplan como un modo de recordar a Alá y acercarse a él sin otras mediaciones. Asimismo, para su interpretación se emplean el harmonio, el rabab y el sirangi (cuerdas) o la tabla y el dholak (percusiones), instrumentos de la tradición persa e hindostaní a los que no estamos habituados. Pero las coincidencias son persistentes. El acompañamiento clásico y fundamental del qawwali son las palmas. Como el flamenco, el qawwali es una música cantada que da una total preeminencia al vocalista. Al comenzar a cantar, para conseguir la disposición adecuada, el qawwal (cantante de qawwali) se vale del Alap, forma musical que, entre otras cosas, puede consistir en modulaciones vocales ascendentes y descendentes. A lo largo de las canciones, largas declamaciones monosilábicas, que guardan una gran similitud con los quejíos flamencos, rasgan la melodía. Las sesiones de canto bien trenzadas van creciendo en intensidad, hasta que el intérprete entra en un poderoso trance que puede llevarle a alcanzar un estado de iluminación espiritual conocido no como duende, pero sí como "fana". Y, desde luego, también el público puede dejarse transportar por un parejo arrobo, que expresará arrojando monedas a los músicos, en el momento en que aquí los más conmovidos se partirían la camisa.

No extraña que tantas vecindades hayan sugerido a los organizadores el hablar de "espíritus gemelos". Y además de con remembranzas formales o con unas vicisitudes históricas evocadoras en su cotejo con lo flamenco, el aficionado puede deleitarse con un fantasioso brinco de la imaginación, que le llevará a salvar la distancia entre el norte de la India y Pakistán y la Baja Andalucía, cubierta hace tantos siglos por el pueblo gitano.

El atrevimiento para este salto se lo debemos a Taller de Músics, que ya en 1989 citaron a qawwalis y flamencos en un mismo escenario. Pero ha sido su última reincidencia la que ha reforzado los cimientos de un experimento que sería una lástima que no prosiguiera. 'Qawwali Jondo' ha enrolado a Duquende, Miguel Poveda, Faiz Ali Faiz y el Qawwali Ensemble para un encuentro arriesgado, volátil, pero incontestablemente hermoso. En la cita del Teatre Grec de Barcelona, Poveda mostró que tiene un instinto fuera de lo común para dar con los mejores atajos y llegar a campos ajenos sin sufrir percance o mengua de la propia identidad. Flexible y sutil, sabe trasladar la lógica del flamenco a mundos que se rigen por otras reglas sin que lo esencial se desintegre por el camino. Duquende estaba a su lado, y ya esto era un acontecimiento. Cantaron primero cinco temas juntos, antes de que Faiz Ali Faiz y los suyos dispusieran de media hora para atrapar al público con sus emanaciones hipnóticas. Luego llegó el peliagudo momento de compartir las tablas.

Nuevo fluido

La falta de referentes hace que el juicio de lo acontecido sea complicado y quede como única brújula la emoción percibida. Se sintió el respeto de los músicos, se sintió incluso un pelín de su congoja por adentrarse en veredas tan inciertas, pero también se percibió la sensación de feliz peligro, de aventura difícil que está a punto de resolverse; se sintió por momentos que se alcanzaba la temperatura en que los metales alquímicos se transmutan y renacen como un nuevo y mágico fluido.

Al grácil dibujo del cante de Poveda, Duquende le ofreció su intensidad. Fue así como se compenetraron y como pudieron dar un contrapunto bien trabado al qawwali de un magistral Faiz Ali Faiz y los suyos. Un hombre, sin embargo, fue el que estuvo más inspirado y accionó los resortes más cabales: Chicuelo. Su guitarra se movió ligerísima y fue enmarcando todas las tentativas de los otros artistas. Con su concurso, se tuvo la definitiva impresión de que las músicas se fundían una en otra, aunque fuera para retirarse pudorosas al poco. Y, sobre todo, se tuvo el convencimiento de que lo que emergía tenía sentido, operaba como una suma, se completaba y se enriquecía. Hubo, en rigor, un 'Qawwali jondo', o cuanto menos su acertado esbozo, y lo más emocionante es que los espectadores fueron testigos de su generación.

¿El futuro del qawwali jondo? Los escarceos que se vieron en Barcelona están llenos de encanto y contienen sugerentes promesas. Pero dos tradiciones tan marcadas necesitarían alternarse mucho y con gran dedicación para conocer todas sus potencias y de ahí generar un lenguaje coherente y perfectamente cuajado. Los hábitos y ritmos de consumo, las necesidades de los músicos, los riesgos económicos de la empresa, la lejanía: muchas cosas conspiran contra una investigación extensa de hasta donde podría llegar la fusión de qawwali y flamenco.

http://www.flamenco-world.com/magazine/about/qawwali/eqawwal.htm

6 comments:

πολυβιος said...

αν σου γράψω τα δικά μου, θα μου γράψεις τα δικά σου ?
:-))

Juanita La Quejica said...

Αν εννοείς cds, το συγκεκριμένο δεν το έχω ακόμα. Στην συναυλία τα πουλούσαν στην έξοδο, αλλά εξαντλήθηκαν πριν προλάβουμε να πούμε "viva Duque"!

Citronella said...

Άσε το φλαμένκο κι ετοιμάσου για ..rancheras!
Απόψε στις 7 στη ΝΕΤ! Κερκίδα με margaritas :D

Juanita La Quejica said...

Άντε βρε! Τον αγώνα εννοούσες; Και έψαχνα στην εφημερίδα εκ των υστέρων να δω τί εκπομπή έχασα; ΧΑΧΑ!

Anonymous said...

Your are Nice. And so is your site! Maybe you need some more pictures. Will return in the near future.
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Anonymous said...

Greets to the webmaster of this wonderful site. Keep working. Thank you.
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