Tuesday, March 09, 2010

Octavio Paz, El laberinto de la soledad - Los hijos de la Malinche

Analiza las características de la prosa de Octavio Paz presentes en el fragmento de El laberinto de la soledad - Los hijos de la Malinche contenido en Garganigo, 617-624. Justifica tus aseveraciones con fragmentos tomados de la obra.

Octavio Paz (México D.F. 1914-1998), poeta, ensayista, diplomático y una de las figuras públicas más destacadazas de su generación, maneja de combinar en El laberinto de la soledad una intensidad poética con un proceso analítico de cuestiones metafísicas sobre el ser mexicano (Garganigo: 2002, 615): “La extrañeza que provoca nuestro hermetismo ha creado la leyenda del mexicano, ser insondable […] Atraemos y repelemos […] no solamente somos enigmáticos ante los extraños, sino ante nosotros mismos. Un mexicano es un problema siempre, para otro mexicano y para sí mismo”.

El laberinto de la soledad es un ensayo histórico, cuya base es la preocupación por la identidad nacional mexicana. Paz intenta ver el ser mexicano ahistórica y atemporalmente. La libertad formal y temática son características de este tipo de ensayo. No se interesa fundamentarse sobre la verdad científica para explicar el fenómeno etnológico de la identidad nacional y la autenticidad cultural de los mexicanos, dado que su finalidad según el crítico John Skirius es “confesarse, persuadir, crear arte, informar”, según el compromiso y la parcialidad del autor. (Karagueorgou-Bastea: 2001, 225-227, 241-242). Como menciona Patricio Eufracio, el ensayo es la interpretación de alguna realidad y en el caso de Octavio Paz esta interpretación tiende hacia el arquetipo y es aquí donde yace el valor de su trabajo: en El laberinto de la soledad Paz crea la imagen arquetípica interpretativa de la realidad mexicana que se sirve como base para sus contemporáneos, de aceptar o rechazarla: “La clase es más fuerte que el individuo y la persona se disuelve en lo genérico. […] Todos se vuelven cómplices y el sentimiento de culpa se extiende a toda la sociedad. . […] Es revelador que nuestra intimidad jamás aflore de manera natural, sin el acicate de la fiesta, el alcohol o la muerte. ¡Viva México, hijos de la Chingada! […] Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.”

Octavio Paz elige el título “Los hijos de la Malinche”, siguiendo la tendencia de los temas predilectos a lo largo des siglo XX que son aquellos de las culturas indígenas y del carácter nacional de los procesos históricos y culturales (Karagueorgou-Bastea: 2001, 227). A través de los mitos de su país, en esta ocasión este de Marina o Malinche *, Paz quiere dibujar el perfil de sus paisanos y analizarlo remontándose a los lazos del pasado, siempre a través de su propia vista del creador comprometido y no de una manera claramente científica y neutral. Malinche es el símbolo de la “Chingada” y los mexicanos son los hijos de una mujer india violada y traidora al mismo tiempo y de un padre “extraño” y violador. El peso de esta unión es insoportable para el fruto de un acto tan brutal que al mismo tiempo crea vida, es algo tan contradictorio que no pueda evitar complicaciones graves como la profunda soledad y el machismo que caracterizan –según O.Paz- y torturan el ser mexicano, quiere decir el hijo de la Malinche. La mujer mexicana casi no existe, está reemplazada y casi anulada tomando solo el papel de esta madre violada y finalmente se habla del mexicano-hombre y el machismo de su sociedad (Karagueorgou-Bastea: 2001, 242): “La mujer … es el Enigma… Es la imagen de la fecundidad, pero asimismo de la muerte. . […] La mujer es… El conocimiento que no poseeremos nunca, la suma de nuestra definitiva ignorancia: el misterio supremo. […] ¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica… es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. […] El chingón… la chingada… La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra.”

Octavio Paz hace una crítica social utilizando los procesos socio-culturales de “malinchismo”, que durante un largo periodo describe la entrega al extranjero. Al repudiar a la Malinche, la traidora emblemática y la madre del primer mestizo notorio, el mexicano rompe sus ligas con el pasado y reniega de su origen. Pero este actitud lo encierra en un laberinto de soledad de donde es imposible de escaparse. La base de su preocupación intelectual es el uso de “la chingada” en el léxico cotidiano del mexicano. La densa dialéctica de su obra extiende en un panorama de explicaciones desde puntos de vista históricos, psicológicos, etnológicos para encontrar la explicación del sentimiento de tristeza y soledad que caracterizan al mexicano (Karagueorgou-Bastea: 2001, 241): “Esa palabra es nuestro santo y seña […] Conocerla, usarla, arrojándola al aire como un juguete vistoso o haciéndola vibrar como una arma afilada, es una manera de afirmar nuestra mexicanidad […] Con ese grito… nos afirmamos y afirmamos a nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y quiénes son los demás? Los demás son los “hijos de la chingada”: los extranjeros, los malos enemigos, nuestros enemigos, nuestros rivales. En todo caso, los “otros”.”

La prosa de Octavio Paz es tan rigorosa y fuerte como su poesía y tiene una meta concreta socio-política: de emerger una identidad de su pueblo basada no solamente en la historia sino a la realidad. Según sus palabras:“la historia nos ayuda a comprender ciertos rasgos de nuestro carácter, a condición de que seamos capaces de aislarlos y denunciarlos previamente. Nosotros somos los únicos que podemos contestar a las preguntas que nos hacen la realidad y nuestro propio ser.” El ensayo de Paz describe su propia verdad individual y es eso lo que le da un valor inmensurable, esa búsqueda continua de encontrar la verdad. Su crítica feroz culmina en sus últimas palabras: “La Chingada […] Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.”

Lo que es de valor inestimable es la herencia que Paz ha dejado a través de El laberinto de la soledad a todo el mundo, con sus ideas y sus conceptos míticos que sirven hasta hoy como base de investigación profunda, de pensamiento, de estudios y como tema central para innemurables artículos, ensayos y coloquios internacionales en los que se exalta el significado que, para la definición de la identidad del mexicano, significó la publicación de esta obra, hace más de un medio siglo. El hombre, el intelectual, el escritor, el embajador, el Mexicano con M mayúscula grita para despertar a sus compatriotas, para alejarlos de la nada y dirigirlos al futuro a través del camino del conocimiento y de la aceptación de si mismo, a la victoria contra su pecado original que en este caso es el hermetismo que taladre México. Octavio Paz, comprometido y determinado, con sus ensayos de pasión, angustia e ira, traza la vía del futuro para sus compatriotas, a través del acercamiento y del ajuste de cuentas con un pasado frustrante y tormentoso lleno de pesadillas que los mexicanos necesitan aceptar y resolver, para poder seguir adelante.

* India Mexicana que fue intérprete, consejera y amante de Hernán Cortés, con quien tuvo un hijo (Garganigo: 2002, 617)


Cortes y la Malinche (1926) de José Clemente Orozco



Bibliografía
1. Bellini, G. Nueva historia de la literatura hispanoamericana, Madrid: Castalia, 1997
2. Burgos, F. El cuento Hispanoamericano en el siglo XX, I y II, Madrid: Castalia, 1997
3. Garganigo, J. et al. Huellas de las literaturas hispanoamericanas, New Jersey: Pearson Education, 2002
4. Karagueorgou-Bastea, Cr. et al. Λογοτεχνία Λατινικής Αμερικής ΙI, Εγχειρίδιο Μελέτης, Πάτρα: ΕΑΠ, 2001

Fuentes de Internet
1. Eufracio, P. Interpretación y revelación: la imagen en los ensayos de Octavio Paz, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Espéculo Revista de estudios literarios, Madrid: Universidad Complutense, 1999. Disponible en http://www.ucm.es/info/especulo/numero10/revelaci.html. Fecha de consulta 20.4.09
2. Monsiváis, C. "Adonde yo soy tu somos nosotros”, La Jornada Semanal, México: 1998. Disponible en http://www.jornada.unam.mx/1998/04/26/sem-monsi.html . Fecha de consulta 20.4.09
3. Seo Bong, Y. En torno a El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, Universidad de Guadalajara, México, Espéculo Revista de estudios literarios, Universidad Complutense de Madrid: 2002. Disponible en http://www.ucm.es/info/especulo/numero21/o_paz.html . Fecha de consulta 21.4.09
4. Solano, P.E. Octavio Paz y la gran poesía mexicana, Universidad Nacional Autónoma de México, 2000. Disponible en http://www.latinartmuseum.com/paz.htm . Fecha de consulta 20.4.09

Octavio Paz - El laberinto de la soledad - IV Los hijos de la Malinche

2 comments:

Jesus Uriel said...

Felicidades¡ muy buen articulo... me sirvio mucho para comprender aquel capitulo que la neta no entendia muy bien pero gracias a ti ya se o por lo menos tengo una idea de lo que quiso decir Paz

Juanita La Quejica said...

Me alegra mucho poder ayudaros un poco Jesús Uriel.