Y era de madrugada, de Ángel Cámara Jiménez

 

Y era de madrugada

Cuando en Granada fusilaron
a Federico García Lorca,
en la Alhambra se holló el eco
de fusiles y metrallas,
clamor de amores y llanto,
murmullos, ayes y coplas,
todos los pueblos del mundo
al pronto se dieron cuenta
... que el verso se quedó mudo
en la tragedia sangrienta.

Su corazón entre juncos
yunques sobre las acequias
crecieron tallos de hielo
a la hora de la siesta.

Levántate Federico
que el Genil se desespera
se está desbordando el río
buscando a su poeta.

Guadalquivires y Darros
enredándose en la niebla
te buscan por sus orillas
esperando a que amanezca.

Tu verso culto y profundo
va extendiéndose en la vega
que ya no cantan los niños
caminito de la escuela.

Gitanos de bronce y sueño
se están muriendo de pena
y Granada tristemente
llora como una doncella.

Por la puerta de Granados
todas las niñas morenas
vienen despacio, en silencio,
con una mantilla negra.

Luna de las cuatro en punto
de la madrugada tierna
¡Ay, Federico García!
que la muerte ya se acerca.

En su tierra de Granada
y toda la vega baja
sube la sombra de un hombre
con su pena desolada.

Se llevan a Federico
en la oscura madrugada
a escondidas lo mataron
en una noche cerrada.

¿Por qué lloran las gitanas,
con tanta profunda pena,
frágiles y quebradizas
por la muerte de un poeta?.

la luna lleva prendidos
cuatro luceros de plata
luceros que están velando
al poeta de Granada.

Guardias civiles incautos
fueron a la madrugada
y en el pecho del poeta
abrieron rosas amargas,
rojas de sangre caliente
con espinas de metralla.

¡Los cuchillos en sus fundas
están clamando venganza
y en los patios berberiscos
lloran, solas, las guitarras!.

Aúllan vientos de guerra
en la Alhambra y la Giralda
y en Andalucía la bella
en suspiros se desangra.

Ángel Cámara Jiménez