Tuesday, November 17, 2015

IV Concurso de Calaveras en Abanico




Coordinación:
 


IV Concurso de calaveras en Abanico
Coordinación:
Eduardo Lucena
 




PREMIO DEL JURADO


Dedicada a mi abuela Evdoquía


 


Estaba yo con mala cara,


velando y desvelándome en la cama;

al final de un día de mucha prisa

me entró un sueño que aún me da risa.

 

Vi a mi difunta abuela

del brazo caminando con la Calavera;

en el seno de su asquerosa divinidad 

sus jajajás me parecieron una nulidad.

 

El choque por esa visión

me dejó en delirio raro.

Pero ahora entiendo,

lo que escuché no fue un engaño:

 

“Hija mía, anima esa cara.

¿No sabes ya que el templo de la certeza

no sirve para nada?

Quítate el miedo,

porque es una mera mancha.

Apúrate a vivir,

ya que la vida es muy ancha.

 

Su agenda la Parca

siempre la tiene apretada,

cada minutο está Ella

alerta y a la caza.

Por eso tienes que apreciar

y nunca frivolizar

los pequeños momentos

o los grandes deseos.

Recuerda

que tiempo nadie tiene de sobra

y el dinero la dicha no la compra.

 

A las abuelas y las Calaveras

uno no debe oponerse.

Por lo tanto yo me porto bien

y a mis sueños les soy fiel.

 

Aquella noche de buen gusto

ahora no me da ningún susto.

La vida es pa vivir,

y solo una vez vivida

la Muerte es bienvenida.

 

Evi Kírlesi

 

 

 PREMIO DEL PÚBLICO

La muerte de la molestia

 

Muerte, muerte, me pareces

como un mosquito algunas veces.

 

Si pudiera encontrar una zapatilla de tu tamaño,

te aplastaría sobre la pared poniendo tanta fuerza en la mano…

 

Me gustaría mucho exterminarte utilizando

un  pesticida y teniendo en mi rostro

una gran sonrisa,

pero no puedo, ¡soy ecologista!

 

Sin embargo, si mi guía por el inframundo

fuera alto, moreno y musculoso

le perseguiría con alegría y sin embozo.

 

Natasha Maruli

 

 

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADO

Europa la diñó (también)

 

Anoche tuvo un sueño,

o digamos pesadilla,

de un niño muy pequeño,

arrastrado en la orilla.

Había huido de la guerra

que ahora arrasa Siria

y que le dejó  sin tierra,

sin hogar y sin familia.

“Alan creo que se llama“,

dijo Doña Osamenta.

“Vete y dile a quien le ama

que se fue con la tormenta”.

Vamos a contar verdades

y empiezo ahora mismo.

Estas son atrocidades

que engendra  imperialismo.

Α esta  banda me refiero

que gobierna todo el mundo,

jauría de malos perros,

un sistema moribundo.

Con la sangre de los obreros

delimitan las fronteras

¡Seamos guerrilleros,

que ardan las banderas!

Toma el control ahora

de tu vida maltratada. 

Lucha fuerte, sin demora,

frente a una barricada.

 

Jristos Xirocostas

 

 

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADO

A mi querida Secreta

 

Pensé que nunca te irías

de mi lado,

sufriendo todas tus manías

sin enfado.

 

Me consumía tu anhelo,

fuego cruel.

Por ti tragué el anzuelo;

sabía a miel.

 

No eras tú de la manada,

ni del montón,

la morenita licenciada

con voz de son.

 

Has sido siempre tan hermosa...

¿Cómo creer que no sería eterno

o que carcomería la fosa

tu cuerpo tierno?

 

Tu calavera aún más bella

hoy que antes.

¡Oh, cielos! Puedo ver en ella

promesas mil alucinantes...

 

Y dellas, la que más extraño:

la esperanza de que ahí,

donde reposas muy temprano,

voy para juntarme a ti.

 

Jarálambos Ceodosis

 

 

Homenaje a Julio Cortázar

 

Calavera, Calavera,

lo vas a encontrar

-toco o no madera-.

 

No se trata de una burla

ni de algo dicho en furia.

 

Sin pensarlo ni acertarlo,

Calavera, Calavera,

el señor Cortázar te espera.

 

Con sus plumas impresionantes

y su mirada mágica,

liga contigo y juega

en una imagen cálida.

 

El señor Cortázar te mira

sin preocuparse,

mientras el diálogo entre vosotros

está por realizarse.

 

“Calavera, Calavera,

llegó la hora de nuestro encuentro.

¿Por qué vienes para mí tan temprano?

¿Antes de que me despida de mi amigo más cercano?”

 

Y la Calavera,

como si supiera,

responde en voz alta:

 

“Querido autor

y gran conquistador,

amante de las letras...

Hablas de mí en tus cuentos

y ahora estoy aquí, sin remordimientos.

Quiero compañía,

no aguanto más sola,

el tiempo que pasa

me provoca chirinola.

Deja a tu amigo,

el libro antiguo,

y ven conmigo

a algún lugar ambiguo.

Echo de menos tus creaciones,

me gustaría saber

cuáles son mis opciones.”

 

El escritor famoso

deja de ser chistoso,

le propone una solución

-a la pobre- según el guion:

 

“Te acompaño, mi Catrina,

hasta una casita marina.

Te lo prometo, te lo juro,

¡no soy para nada un burro!

¡Ven mañana por la tarde

porque yo no soy cobarde!”

 

La Catrina satisfecha

concedió y aceptó la fecha.

“¿Qué hacer?

De tanto amar,

tengo que esperar...”

 

Kikí Georgopoulou

 

 

 CALAVERA para la vida, los sueños y la esperanza

 

      Vida derrumbada                 

      Sueños carcomidos

      Esperanza mortífera

 

      ¡CALLAOS!

 

      De vuestra respiración sudorosa

      salen a chorros los despojos

      de un sentimiento que no existe ya

 

      ¿QUERÉIS JUGAR CONMIGO?

 

       De vuestras heridas corre sangre enojada

       Llamad a los perros para que las laman, pasarán

 

       ¿QUERÉIS JUGAR CONMIGO?

 

        Las  manecillas del reloj son

        orejas podridas que se encajan

        dentro de vuestra carne desgarrada

 

        ¿QUERÉIS JUGAR CONMIGO?

 

           

 

      ¿CÓMO TE LLAMAS?

 

       IZQUIERDA   

 

       ¿Y A QUÉ JUZGAMOS?

 

        AL AHORCADO

 

Frosso Kafetzi

 

 

Calavera sobre una muerte probable y casi anunciada

 

  • “¡Catrina, eres divina!”, dice con admiración camandulera.
  • “Lo sé, pero ¿qué quieres decir con esto?”, pregunta Catrina la escéptica.
  • “Primero, eres flaca, tan flaca que puedes comer en círculos viciosos sin ganar ni un kilo. Tampoco necesitas teñirte el pelo porque no tienes pelo. Te pones estos sombreros grandes y antiguos y nadie se atreve a reírse de ti. ¿No sabes que eres ingeniosa?”
  • “Claro que sí, pero me encanta escuchar tus palabras, cariño mío.”
  • “Bien, puedes fumar sin peligro de morir, porque ya estás muerta. Puedes beber lo que quieras, sin temor a vomitarlo todo. Puedes caminar por las calles en lo oscuro, sin miedo a que alguien te vaya a atacar. Tienes la sabiduría del ayer entre la neblina… ¡Oh Catrina, la divina, quiero ser como tú!”
  • “Estás muy cerca, amor mío,” dice sonriéndo con maldad e ironía Catrina la divina. “Apenas dos horitas.”
  • “Pero Catrina mía,
    de tanta sabiduria.
     
    Quiero todo eso
    sin ser tenebroso”.
         -  “Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja,” fue la respuesta a carcajadas y mórbida de Catrina la divina, que podemos oír cada año en el Día de muertos.
     
    EvangelÍa Polyraki
     
     
    A mis queridos muertos
     
    LA MUERTE, nombre femenino
    como la paz, la montaña, la pizza, la tierra, la mujer…
    Como la chica, específicamente esa chica calva
    que busca su comida con impaciencia entre gusanos
    echando maldiciones al gobierno del infierno
    porque envió a su novio a la guerra hacia los enemigos del paraíso
    y la dejaron sola en esta sucia ciudad infernal
    donde cada verano está sentada en el parque
    viendo a los turistas con sus cámaras.
    Turistas de otros planetas que no le gustan nada,
    y los mira con la mirada diabólica para que se vayan.
    Pero ellos le piden sacarles una foto con una sonrisa de tonto.
    Ella los mira fijamente, les pregunta si prefieren la foto vertical u horizontal,
    se pregunta porque no se hizo fotógrafa cuando estaba viva.
    Toma la foto
    y se va orgullosa
    con su calavera mirando al cielo…
     
    Kallia Michopulu
     
     
     Esperanza perdida
     
    Estoy llorando por la Esperanza.
    Unos políticos nos engañaron,
    a ella de muerte la hirieron
    y nos dejaron sin confianza.
     
     “No te preocupes y no llores.
    La Esperanza está bajo las flores”.
    Eso me dijo ayer la Catrina
    con su fría sonrisa, blanca y fina.
     
     “Va a surgir de nuevo
    Entre  jaleo y fuego.
    Y a los políticos si quieres dar algo,
    ¡dales el dedo de enmedio!
     
    Estela Dziavida
     
     
     Catrina ,calaca,pelona,
     
    El disfraz que llevas aún no me atrae.
    Yo seguiré tus pasos después de mucho tiempo
    Te llamo para celebrar ( el dia de muertos)
    Y te invitaré alguna vez al planeta rojo
    Hasta entonces  ,déjame vivir imaginando la muerte
    solo el día de los muertos.
    De momento vamos a bailar por separado
    y escribir una calavera por los vivos y los muertos.
    Pues he aquí mi calavera absurda,
    un águila vuela más allá de nuestro  indefinido espacio
    y yo estoy pensando, pensando y pensando
    y en seguida sigo su vuelo y entro en la tierra  pasando
    por el planeta rojo primero y después  con la esperanza de ver
    las  nuevas siete maravillas del mundo, disfruto  la aventura.
    déjame imaginar un viaje largo
    pensar un paisaje  puro y empezar a vivir de nuevo
    y después seguiré tus pasos, te lo prometo
    Catrina, Calaca, Pelona.
     
    Anna Kokkini
    Coordinador Eduardo Lucena
     





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