Monday, March 26, 2012
Marinero en tierra - Rafael Alberti
1
El mar. La mar.
El mar. !Solo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá?
2
Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
"¡Ay mi blusa marinera!
Siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera".
3
Salinero
...Y ya estarán los esteros
rezumando azul de mar.
¡Dejadme ser, salineros,
granito del salinar!
¡Qué bien, a la madrugada,
correr en las vagonetas,
llenas de nieve salada,
hacia las blancas casetas!
Dejo de ser marinero,
madre, por ser salinero.
4
Llamada
Zumbó el lamento del mar
cuando me habló por teléfono.
Yo, en la llanura. ¡Qué lejos
la novia del litoral!
Saltó del Norte a Levante.
Dejó un mar por otro mar.
¡El mar de las Baleares!
5
Branquias quisiera tener,
porque me quiero casar.
Mi novia vive en el mar
y nunca la puedo ver.
Madruguera, plantadora,
allá en los valles salinos.
!Novia mía, labradora
de los huertos submarinos!
¡Yo nunca te podré ver
jardinera en tus jardines
albos del amanecer!
6
Nana
Mar, aunque soy hijo tuyo,
quiero decirte: "¡Hija mía!
Y llamarte, al arrullarte:
Marecita
-madrecita-,
¡marecita de mi sangre!"
7
Con él (1924)
Zarparé, al alba, del Puerto,
hacia Palos de Moguer,
sobre una barca sin remos.
De noche, solo, ¡a la mar,
y con el viento y contigo!
Con tu barba negra tú,
yo barbilampiño.
8
Pregón submarino
¡Tan bien como yo estaría
en una huerta del mar,
contigo, hortelana mía!
En un carrito tirado
por un salmón, ¡qué alegría
vender bajo el mar salado,
amor, tu mercadería!
¡Algas frescas de la mar,
algas, algas!
9
Chinita
¡Contigo, Rafael Arcángel,
patrón de los caminantes!
Chinita blanca del río,
se me ha perdido mi amante.
Rodando, rodando, al mar.
¡Contigo, Rafael Arcángel!
¡Que la mar nunca te trague,
chinita de mi cantar!
Yo no paro de llorar:
se me ha perdido mi amante
¡Chinita, Rafael Arcángel!
10
Cruz de viento
Nevada, clara de nieve,
flor de los témpanos, tú,
sobre una corza marina.
Norte. Sur.
Dorada, clara de oro,
flora de los fuegos, tú,
sobre un cocodrilo verde.
Este. Oeste.
11
¡Sal desnuda y negra, sal,
que paso por el canal!
A la salida del golfo,
boga, negrita, la isla,
blanca y azul, de la sal.
¡Sal, negrita boreal,
sal desnuda y negra, sal,
que salgo yo del canal!
12
A Tagore
¡Dejadme pintar de azul
el mar de todos los atlas!
Mientras, salúdame tú,
cantando al alba del agua,
pájaro en una palmera
que mire al mar de Bengala.
13
¡A los islotes del cielo!
Prepara la barca, niña.
Yo seré tu batelero.
¿Marzo?
¿Abril?
¿El mes de mayo?
¡Más verde es la mar de enero!
Prepara tu barca, niña.
Ya canta tu batelero.
14
El mar muerto
I
-Mañanita fría.
¡Se habrá muerto el mar!
La nave que yo tenía
ya no podrá navegar.
-Mañanita fría,
¿lo amortajarán?
Los pueblos de tu ribera
-naranjas del mediodía-,
entre laureles y olivas.
-Mañanita fría,
¿quién lo enterrará?
--Marinero, tres estrellas
muy dulces: las Tres Marías.
II
No sabe que ha muerto el mar
la esquila de los tranvías
-tirintín- de la ciudad.
No lo sabe nadie, nadie.
¡Mejor, si nadie lo sabe!
Ni tú, verde cochecillo,
que hacia la verdulería
llevas tu tintinear.
No lo sabe nadie, nadie.
¡Mejor, si nadie lo sabe!
Ni tú, joven vaquerillo,
que llevas tus dos vaquitas
tan de mañana a ordeñar.
No lo sabe nadie, nadie.
¡Mejor, si nadie lo sabe!
15
¡Qué altos
los balcones de mi casa!
Pero no se ve la mar.
¡Qué bajos!
Sube, sube, balcón mío,
trepa el aire, sin parar:
sé terraza de la mar,
sé torreón de navío.
-?De quién será la bandera
de esa torre de vigía?
-¡Marineros, es la mía!
... Es cierto que Marinero en tierra supone un retorno a la infancia. Pero, curiosamente, también es un modo de perpetuar por escrito sus imágenes, devolviendo a la memoria la frescura del momento, la intensidad acuática de su escenografía, cruzando los tiempos en que se conjuga cada acción. Despojada de esa servidumbre temporal, el recuerdo se idealiza y penetra en una dimensión mítica, inabordable aunque perenne. Quizá por ello el cuadro que nos presenta es el de un mar benéfico, permanente, que se afirma a sí mismo a pesar de la historia y de los acaeceres de la vida. Un mar al cual sólo cabe regresar verbalizándolo, indagando en su significado esencial, prestándole sentido a través de símbolos que acaban por convertir la infancia en una modulación del sentimiento lírico ...
Fuente: cvc.cervantes.es
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment