Tuesday, May 13, 2008

Ramón del Valle-Inclán

Ramón del Valle-Inclán es el escritor que mejor encarna, tanto en su vida como en su obra, las ambiciones, las posturas ideológicas y el espíritu decadente y pesimista de finales del siglo XIX principios del siglo XX. Su obra dramática es el pórtico del teatro contemporáneo español. Sus obras se representan actualmente con gran éxito, y es que los temas y la visión del mundo que se plasma en ellas son de permanente actualidad.
Después de la lectura de Divinas palabras, de los libros de lectura obligatoria y de otras fuentes, te pedimos, en un ensayo coherente que:
•expliques la aparente incoherencia en sus posturas ideológicas: simpatía por el carlismo y nostalgia por un pasado retrogrado, por una parte, en contraposición con su actitud crítica, progresista y revolucionaria. En definitiva ¿cuál es la visión que tiene Valle-Inclán de la época que le tocó vivir?
•resumas los rasgos constitutivos del procedimiento esperpéntico en su obra, e indiques cómo se produce la deformación de la realidad representada tomando ejemplos específicos, tanto de Divinas palabras como de otras obras suyas.
•analices la relación de la obra de Valle-Inclán con los postulados del modernismo y los de la generación del 98.

Valle-Inclán: Viva la expresión
individual sin restricciones

Los síntomas de crisis del “fin de siglo”, se agudizan en España por el desastre de 98 y la pérdida de las últimas colonias ultramarinas. Las repercusiones son grandes en el ámbito literario también. Ramón del Valle-Inclán es una muestra clara de este periodo perturbado y transitorio. Valle-Inclán muestra a través tanto de sus posturas ideológicas como de su obra, que se evoluciona constantemente, en su esfuerzo continuo de aclarar y completar su propia visión del mundo que le tocó vivir.

En su juventud, Valle-Inclán es conservador. Opta una postura carlista, o sea, defiende a un pretendiente monárquico tradicionalista [1]. Quizás su simpatía por el carlismo quiere mostrar principalmente su repulsa por la España de la Restauración que ha dirigido el país a un desastre ideológico. El carlismo era en ese tiempo un movimiento con bastante apoyo popular, que se oponía al liberalismo y se cuestionaba sobre la hegemonía de la clase burguesa [2].

Al empezar la guerra de 1914 Valle se manifiesta partidario de los aliados y se diferenció de la mayoría de los carlistas, que simpatizaban con Alemania[3]. En esa fase de trancisión, en la segunda etapa de su obra, empieza a alejarse del corte modernista y acercándose a su estilo más personal (Barroso: 2000, 186).Es cuando veamos que del aparente carlismo retrógrado, se avanza a una dura censura de esas normas sociales y éticas que para él constituyen defectos en la sociedad española. De una visión milagrera gallega del cosmos evoluciona a otra donde el ser humano es responsable de sus actos [4] Cambia de tradicionalista a progresista[5].

En su madurez, gira hacia posturas ideológicas izquierdistas (Barroso: 2000, 185). Empieza a buscar en su obra la justicia social, se entusiasma con la revolución rusa y se aproxima al marxismo. Su obra se convierte en una sarcástica denuncia de la España oficial[6]Valle-Inclán es un hombre defraudado por la bajeza y por la mediocridad ética, estética y espiritual del mundo moderno en que le toca vivir y, por supuesto, por la situación de España en crisis sufriendo una pérdida de su identidad. Su literatura refleja un intento de respuesta a todo esto [7]

Según el Diccionario de la Real Academia Española, el esperpento es el “género literario creado por Ramón del Valle-Inclán, en el que se deforma la realidad, recargando sus rasgos grotescos, sometiendo a una elaboración muy personal el lenguaje coloquial y desgarrado ”[8] Valle-Inclán acepta que la realidad del mundo en que vive es ya deformada y la única manera de captarla y explicarla es a través del procedimiento esperpéntico, es decir deformado. Lo que principalmente intenta es entender y analizar la realidad que le rodea. Y eso lo puede suceder a través de la deformación de la realidad que representa a su obra y superando las convenciones de la producción y las reglas teatrales tradicionales. Sátira, humor, ironía, seriedad, tragedia y comedia coexisten en el esperpento. El carácter caricaturesco y hasta grotesco de los héroes se intensifica a través de la personificación y la animalización. Y tenemos que señalar la importancia del lenguaje, un “habla total” según Juan Ramón Jiménez. Conviven el lenguaje culto, la jerga callejera, el gallego de la época, americanismos, etc. (Alexiou: 2001, 110-111).

Su teoría de esperpento la desarrolla en la tercera etapa de su obra, que es caracterizada por sus vivencias revolucionarias contrarias a su etapa modernista inicial (Barroso: 2000, 186). En una entrevista en septiembre de 1920, menciona: «El Arte es un juego. No debemos hacer Arte ahora, porque jugar en los tiempos que corren es inmoral, es una canallada. Hay que lograr primero una justicia social». En Luces de bohemia-que es una profunda queja contra la sociedad (Barroso: 2000, 197) en la escena duodécima, Max Estrella declara que «España es una deformación grotesca de la civilización europea» y por eso, «el sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada»[9] A través de estas palabras Valle-Inclán explica que utiliza como carácter de su obra a una “persona o cosa notable por su fealdad, desaliño o mala traza ”[10], para marcar, exponer y mejor analizar los defectos de la sociedad española de su época. La animalización se puede ver en las palabras de Max a Don Latino “Como te has convertido en buey, no podía reconocerte.” Ahí hace una referencia a Goya como para justificar y reforzar su técnica esperpéntica: “el esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato ”[11] (Barroso: 2000,204). Lo que él añade es el “espejo cóncavo” para transformar las normas clásicas, una estética de deformación, para deformar “las caras y toda la vida miserable de España” (Barroso: 2000, 199-204).

En Divinas Palabras Valle-Inclán es provocativo y extravagante, describiendo la lucha entre lo nuevo y lo viejo, la vida y la muerte, la belleza y la fealdad, en un mundo lleno de cambios. El tema es la sociedad gallega de la época, miserable, pecadora, caracterizada por el afán de sacar dinero, para consumir, preferentemente alcohol y comida. Una sociedad hipócrita, infiel, casi amoral, que no se interesa a la tradición y a la religión. Lucero es claro “Dios no mira lo que hacemos. Tiene la cara vuelta” [12] A través del realismo cruel de Divinas palabras, Valle-Inclán quizás denuncia la corrupción política de los gobernantes españoles de una reciente época histórica y la descomposición moral a que había llegado todo el país, tanto los opresores como los oprimidos. Males que aún están aún vigentes en la sociedad española y él quiere descubrirlos en su «tragicomedia aldeana» de tono costumbrista[13].

El esperpento está evidente en el contraste entre la belleza de Mari-Gaila y la fealdad grotesca del enano hidrocéfalo. Lo monstruoso en la obra, personificado en la figura del enano hidrocéfalo, se puede asociar con las imágenes de los “Caprichos”, los “Disparates” y los “Desastres de la guerra” de Goya. El enano, aunque reflejando el grotesco y el monstruoso, atrae al público, y es por eso que Laureano es exhibido en las ferias con el fin de sacar dinero sólo mostrando su deformidad. La aparición de Séptimo Miau, un alma libre, farandul y asesino, rompe con el equilibrio de la comunidad rural arcaica que no sabe qué hacer con este aire de libertad, sufriendo los resultados de la eterna lucha de lo viejo con lo nuevo [14].

El drama pone en marcha la acción con la muerte de Laureano y sigue hasta el final, cuando los campesinos animalizados, igual que a bestias salvajes están hipnotizados al oír las “divinas palabras” en el rezo latino del sacristán “Qui sine peccato est vestrum, primus in illan lapidem mittat[15] y se alejan de la adultera Mari-Gaila. Las palabras sagradas curan como un antídoto y el orden y la paz vuelven en la aldea[16]".

El lenguaje es coloquial y llega incluso a lo vulgar, lleno de casticismo, de juegos de palabras y con gran originalidad. Los personajes están caracterizados de miseria moral. Mari-Gaila es adúltera, esposa cruel, el marido es borracho e incestuoso, la hija, aunque "abobada, lechosa, redonda con algo de luna, de vaca y de pan" resulta desvergonzada. En la boca de Lucero el autor pone blasfemias, hasta sospechas de un posible pacto con el demonio:"¿Te titulas amigo del Diablo?” pregunta Pedro Gailo y Lucero responde “Somos compadres". El panorama es negro y negativo y no aparece una salida. Valle-Inclán aparece decepcionado, sin esperanzas para que la sociedad pueda salir de este cieno. Con tal perspectiva, el nihilismo está muy cerca[17].

La división de los escritores de finales de siglo XIX y principios de siglo XX en los dos grupos del Modernismo y de la Generación del 98 no es siempre clara y a menudo es muy difícil de trazar una línea divisoria entre los dos. En un reciente estudio, Enrique Rull comienza dando ya por unánimemente aceptado que "el Modernismo es un movimiento literario y cultural de amplio espectro dentro del cual, como característica de uno de sus momentos y fenómeno particular, aparece la llamada Generación del 98[18]. En el caso de Ramón del Valle-Inclán, se puede incluir a ambos grupos, por algunas de sus obras. En su primera etapa de conservador, sus primeras novelas tienen el carácter “modernista”, con temas inspirados de su tierra natal, con ecos del simbolismo e interés sólo por el arte y la belleza literaria. Sus cuarto Sonatas (1902-1905) son plenamente modernistas, de una prosa refinada y preciosista en la que la música alcanza matices de arte exquisito. Progresivamente, sus obras muestran un cambio de sensibilidad (López: 2001, 643-644). En las Sonatas hay fantasías exóticas escapistas modernistas sin preocupaciones políticas o éticas. Estas obras son de gusto aristocrático y de decadencia moral, política y social[19].

En la última etapa de su vida y obra, a través del esperpento, Valle-Inclán muestra un expresionismo español que caracteriza la generación del 98, ocupándose de temas de problemática nacional y de la regeneración de España (Alexiou: 2001, 89). Su preocupación por España está hallada detrás la sátira caricaturesca de la realidad nacional (López: 2001, 644). Valle es, según Pedro Salinas, el "hijo pródigo" de la generación del 98. Se aleja del grupo en busca de los fantásticos tesoros del modernismo, y después regresa, cuenta lo que vio en el camino. Pero nunca abandona su técnica modernista; la modifica, simplemente, le cambia el signo, la emplea hacia abajo y hacia adentro [20].

Resumiendo, a través de su obra, Valle-Inclán hace una crítica ácida de la España de la época y sus instituciones, y muestra un mundo absurdo en el que todo está del revés. Destaca como un conocedor profundo del castellano y como un gran innovador teatral que ha anticipado a su tiempo con técnicas cinematográficas, como saltos en el tiempo y escenarios múltiples. Hoy, las nuevas técnicas escénicas permiten montar sus obras que son muy populares, gracias al aire de libertad y a la imaginación rica que las caracterizan[21]

[1] faculty-staff.ou.edu.
[2] 62.204.194.45:8080.
[3] rinconcastellano.com.
[4] cvc.cervantes.es.
[5] faculty-staff.ou.edu.
[6] rinconcastellano.com.
[7] cvc.cervantes.es.
[8] buscon.rae.es.
[9] faculty-staff.ou.edu.
[10] buscon.rae.es.
[11]Calle madrileña en cuyos escaparates había espejos que deformaban las figuras.
[12] Divinas palabras, librodot.com.
[13]
cvc-cervantes.es.
[14] secc.es.
[15]
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
[16] dspace.nitle.org.
[17] opuslibros.org.
[18] lenguayliteratura.net".
[19] faculty-staff.ou.edu/.
[20] cvc.cervantes.es.
[21]ehiztari.com.

Bibliografía

Alexiou, V. et al. Guía Didáctica de Literatura Española II. Patras: EAP, 2001.
Barroso, A. et al.Introducción a la Literatura Española a través de los textos II, Siglos XVIII y XIX. Madrid: Istmo, 2000, 6ª ed.
García López, J. Historia de la Literatura Española. Barcelona: Vicens Vives, 2001, 10a ed.
Climent Miralles, J. Aspectos de la cultura política del carlismo en el siglo XX. Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Historia Contemporánea, t. 17, 2005, págs. 147-174. UNED. 7-3-08 62.204.194.45:8080.
Durán, M. Valle-Inclán en 1913-1918: El paso de la estética a la ética. Universidad de Yale. 25-2-08 cvc.cervantes.es.
El teatro español anterior a 1939. Valle-Inclán y García Lorca. I.E.S. CASTELLA VETULA.- Lengua y literatura. 25-2-08 ehiztari.com.
Esperpento. Diccionario de la lengua española - Vigésima segunda edición. 4-3-08
buscon.rae.es.
García, J. Ramón María del Valle Inclán - Del modernismo al esperpento. 7-3-08 rinconcastellano1.com, rinconcastellano.com.
González del Valle, L. Aspectos de la ficción breve de Valle-Inclán. University of Colorado at Boulder. 7-3-08 cvc.cervantes.es.
Lauer, R. Ramón del Valle-Inclán. The University of Oklahoma. 7-3-08 faculty-staff.ou.edu.
Marcos, B. M. El doble fondo de «Divinas palabras»: su contenido político. Universidad de Leeds. Inglaterra. 23-2-08 cvc-cervantes.es.
Modernismo y Generación del 98. Trivium. Página de la lengua y literatura españolas. 23-2-08 lenguayliteratura.net.
Sprînceană, A.J. El teatro de Valle-Inclán entre lo esperpéntico y la (ir)representabilidad. Middlebury College. May 2007. 7-3-08 dspace.nitle.org.
Valle-Inclán, R. Divinas palabras Tragicomedia de aldea. 21-2-08 librodot.com.
Valle-Inclán, Ramón María Del, Divinas palabras. 25-2-08 opuslibros.org.
Vera, G. Divinas palabras de Ramón María del Valle-Inclán. Dirección: Gerardo Vera Producción: Centro Dramático Nacional Lincoln Center Festival 2007 Rose Theater. Julio 2007. Presentación producida por el Ministerio de Cultura a través del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música, y de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC). 23-2-08 secc.es

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