Wednesday, August 12, 2009

Το πιο σύντομο διήγημα

Μέχρι το 2005 το πιο σύντομο διήγημα στην παγκόσμια λογοτεχνία το είχε γράψει ο γεννημένος στις Honduras Γουατεμαλτέκος συγγραφέας Augusto Monterroso (Tegucigalpa, 1921 – México D.F., 2003), ο οποίος πέρασε το μεγαλύτερο μέρος της ζωής του στο Μεξικό κυνηγημένος για πολιτικούς λόγους, καθώς είχε εκδόσει την εφημερίδα El Espectador ενάντια στον δικτάτορα Jorge Ubico.

Ο Monterroso ανήκει στην γενιά του Λατινοαμερικάνικου Boom, μαζί με τον Julio Cortázar, τον Carlos Fuentes, τον Gabriel García Márquez και τον Mario Vargas Llosa. Πολυβραβευμένος, θεωρείται μία από τις σημαντικότερες μορφές της σύγχρονης λογοτεχνίας της Λατινικής Αμερικής, καθώς και ο Πατέρας του "μικροδιηγήματος". Ξεχωρίζει για την προκλητική του προσέγγιση στο σύγχρονο γίγνεσθαι.

Το διήγημά του El Dinosaurio, που για πολλά χρόνια υπήρξε το πιο σύντομο γραμμένο στην ισπανική γλώσσα, έχει ως εξής:

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”
Δηλαδή, "Όταν ξύπνησε, ο δεινόσαυρος ήδη βρισκόταν εκεί".

Το 2005 ο Μεξικανός Luis Felipe Lomelí με το μικροδιήγημα El Emigrante, ήρθε και αυτός με την σειρά του να κάνει πράξη το λακωνίζειν εστί φιλοσοφείν:

“¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!”
Ένας από τους τρόπους που θα μπορούσε να μεταφραστεί είναι το "Ξεχνάς κάτι; - Μακάρι!"

3 comments:

Anonymous said...

olvidar, olvidar. ¡Quién pudiera olvidar! Eso queiséramos. No solo los asesinos, los corruptos, los explotadores, quienes casi ninguna noche pueden dormir bien, salvo que hayan vuelto a hacer una de sus fechorías y estén rendidos de placer. Solo se duermne bien la primera noche, las demás... Olvidar, quién pudiera olvidar. Pero como digo, no solo los malos del planeta, sino cualquiera, por insignificante que sea. Ese gusto te lo dan los divertimentos sociales, la tele, ese gran invento. Porque desde que el hombre es hombre (el animal humano digo, la mujer incluida ¿o non tanto?) y por lo tanto con lenguaje (aquí la mujer sí sin duda) su sueño ha sido poder dejar de pensar: y para eso la tele. Pero los emigrantes..., olvidar..., quisieran y no quieren. Olvidar tu casa y tu familia hubiera querido Ulises, pero no podía. Olvidar a su padre y los deslices de su madre, hubiera querido Hamlet y tampoco podía. Olvidar es no ser. Y nuestro ser lucha por ser aunque a veces quiera o necesite olvidar.

un saludo para los olvidados, tantos en el mundo.

Y un beso.
Alfonso.

Juanita La Quejica said...

Por muchos años tenía que vivir con alguien que lo había olvidado todo (a causa de una enfermedad) y yo pensaba que eso era una maldición, lo peor que puede pasar en nuestra vida. Ahora, de vez en cuando siento que el olvido puede ser una bendición, una solución absoluta.
Olvidar, más que todo, es sobrevivir. ¿O no?
(¡Abolir la tele junto con el subjuntivo, digo yo!)
Hasta pronto.

Σικελια said...

No temo nada más que el día que empezaré a olvidar. Llegamos solos a este mundo. Y solos seguimos por la vida. Lo único que tenemos nuestro para siempre es nuestra mente y la memoria. El dolor, las lágrimas de alegría, los momentos tontos, pequeñas imágenes de sentimientos que nos acompañan. Todo esto ha hecho de mí lo que soy hoy. No cambio ni un minuto feo (y han sido muchos) por el olvido. Estoy dispuesta a pagar el precio que sea para no olvidar nada. Porque, ¿quién sería después? No. El camino fácil no es para mí...