María Antonia del Carmen Peregrino Alvarez había nacido en Veracruz el 17 de octubre de 1912. Influenciada por su hermano mayor, ya desde los 8 años empezó a cantar donde fuera, en fiestas, concursos, kermeses. Cantaba a veces sola y a veces a dúo con una chica llamada Celia Pacheco. A los 17 años ya se había casado con Guillermo Cházaro Ahumada, quien la llevó a México con su primer hijo, de solo 40 días de nacido.
El 16 de julio de 1929 debutó en el cabaret El Retiro y haciendo temporada en ese lugar, donde se la conocía como "la Peregrino", la conoció don Emilio Azcárraga quien fue, junto con Enrique Contel, quienes la bautizaron como Toña la Negra.
Luego aparece en su vida el Flaco Lara, quien empieza a producir para ella temas como Veracruz, Noche criolla, Oración Caribe, Palmera, La clave azul y La cumbancha, que presentaron juntos en una revista musical en el Teatro Esperanza en diciembre de 1932, con tanto éxito que debieron prolongar sus presentaciones por mucho tiempo.
Azcárraga la incorpora al elenco de la emisora XEW, donde se presentaba a veces acompañada por Lara y otras por la orquesta de Alfredo Girón. Poco después empiezan sus fastuosas presentaciones en el Teatro Politeama, frente a las Vizcaínas y al lado de la calle San Juan de Letrán. Sus grabaciones para el sello RCA Victor constituyen uno de los más preciosos legados musicales en la historia del bolero y muchas de estas piezas alcanzan un valor incalculable para historiadores y coleccionistas no solo por el cúmulo de vivencias que recrean del México que se fue y no volverá, sino por las circunstancias particulares de cada quien.
Este amor salvaje, Por qué negar, Obsesión, Mentiras tuyas, Y sin embargo te quiero, Noche criolla, Pesar, Vereda tropical, Cada noche un amor, Angelitos negros, Lágrimas de sangre, Estás equivocado, De mujer a mujer, Como golondrinas, Diez años y Cenizas ("Después de tanto soportar la pena de sentir tu olvido, después que todo te lo dio mi pobre corazón herido, has vuelto a verme para que yo sepa de tu desventura, por la amargura de un amor igual al que me diste tu…"), son algunos de sus títulos repartidos en más de 75 LP’s, algunos de ellos para el sello Peerless.
Toña llevó siempre una vida personal muy reservada, lejos del brillo de las luces y los escándalos, por lo que poco se sabe de su familia, solo que tuvo tres hijos con su primer marido, de quien se divorció en 1950. Posteriormente se casó de nuevo con el baterista Victor Ruiz Pasos. En los últimos años, con muchas libras de más y algunos achaques de salud, se había semi retirado de los escenarios y grabaciones.
El 16 de diciembre de 1982, los cables internacionales dieron al mundo la noticia de que la cantante jarocha se había marchado para siempre, muy probablemente con la ¨última carcajada de la cumbancha¨.
Fuente: Toña la negra
Por eso, cuando se trata de escribir acerca de ella, los datos son lo más sencillo; lo tremendamente complejo es analizar el por qué de aquella voz, de dónde la hondura ovárica de su carisma, que nunca necesito tongonearse o llorar para transmitir. Como tocada por los angeles negros de Andrés Eloy, Toña, más que cantar, acariciaba, y las caricias emanadas ciertamente de una garganta permanecen en la piel del alma y erizan la del cuerpo.
Terrenos tropicales. Nacio el 2 de noviembre de 1912 en el barrio La Huaca de Veracruz. Y ese nacimiento, por asi decirlo, marco la entrada de la hermosa ciudad mexicana a los terrenos tropicales con nombre de Cuba, son, rumba y danzón. Cantaba, si, en el seno familiar, porque su hermano Manuel y ella hicieron buena yunta en la musica. Pero la marca del destino le llegaria en una fiesta en la que estaba presente Agustin Lara. Como pasa en toda fiesta, luego de las tres cervezas, o tequilas, alguien dijo: “canta Toña”, y Toña canto, y eso fue la petrificacion de Agustin Lara, quien solo atino a preguntarse lo mismo que nosotros hoy: ¿De dónde sale esa voz? Lara practicamente se apropio de la voz de Toña, para fortuna del mundo, porque el talento de Lara como compositor y el talento de Toña como interprete ha sido de lo mas grande que nos ha ocurrido.
A los 20 anos y 29 dias de nacida, entonces, Maria Antonieta del Carmen Peregrino Alvarez, Toña La Negra, debutó como cantante… cantando los temas de Agustin Lara. Ya se sabe lo que paso: la locura en el teatro Iris, la locura en el Politeama, la conmoción en los corazones. Mexico se reencontraba a traves de ese duo inmortal.
:: Piedad para el que sufre
¿Dónde radica la eternidad de algunas voces? No radica solo en la voz misma. Radica sin duda en la esencia de esa voz, en lo que quiere decir más allá de un texto, en el paquete humano que la contiene. Toña La Negra fue una autentica mexicana. Siempre mantuvo y sostuvo un aire de reserva, como de reflexion constante, como de distancia mestiza frente a lo fatuo. No cayó seducida por otra cosa que no fuera México, el amor y la decencia. No necesito promover escandalos o asumir posturas de diva para destacarse. Lo jarocho, lo maternal, lo humano, lo transpiraba con dulzura.
:: De ahí su permanencia
No fue solo interprete de Agustin Lara Aguirre. Eso si, solo interpreto a los consistentes, a los que combinaban el hacer y el decir: Rafael Hernandez, Sindo Garay, Gonzalo Curiel, Ignacio Piñeiro, Pedro Flores, Andres Eloy Blanco… Asumió un papel tremendamente femenino en una etapa donde a las mujeres se les negaba hasta el voto, y asumió por ellas un papel que iba mas allá de parir y esperar. Ahi se hermana con Maria Teresa Vera y Rita Montaner. No enarbolo una bandera política, de tarjetica, color y congreso. Enarbolo su conciencia, se alzó solo con su ternura, y, nada pidiendo, lo recibió todo. Fueron 50 años de transito profesional. Venezuela la recibió unas cuantas veces y en todas le brindo su corazón, hasta lo último, y hasta siempre.
Somos miles lo que en Venezuela, como en otros países, seguimos escuchandola en radio, o en la intimidad del hogar asombrados de la permanencia de esa voz. Es que parece que cada día canta con un nuevo matiz. Es que no ha muerto, y eso que han pasado 27 años de aquella noticia que nos conmocionó. El 19 de noviembre de 1982 llegaron los telex a las redacciones periodisticas: “Un paro cardiaco acabo con la vida de Maria Antonieta del Carmen Peregrino, Toña La Negra, cuando acababa de cumplir 70 años de edad…”.
A su sepelio no asistieron más de 50 personas. Siempre hemos pensado que la perplejidad no le dio tregua al movimiento. Pero tal vez por eso nos sentimos en deuda permanente con la que, como decía Rosas Marcano, se murió de ternura.
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